THE COLONIAL STYLE
Es bastante común oír hablar del “estilo colonial” como representación del espíritu de la tradición constructiva argentina. Lejos de ello, se trata de una reducción interpretativa – propia de los catalogadores de estilos -, pues el “colonial” es la síntesis formal de un proceso completado en
Las categorías estilísticas son reducciones interpretativas producto de generalizaciones que producen deformaciones en los conocimientos ‘medios’ sobre los modos de construcción de distintos periodos históricos. Mientras tanto, han sido elaboradas para facilitar la tarea de los legos para “entender” de lo que se habla. Es muy común leer crónicas sobre edificios, a los que los adictos a la fácil verborrea, rápidamente pretenden ubicar en esas categorías estilísticas, porque de alguna manera ello aporta seguridad y confianza en el traslado de información. Lamentablemente por caer en reducciones interpretativas se llega, luego, a graves errores conceptuales.
Este ha sido el caso al hablar de estilo “colonial” en nuestro país, lo cual es erróneo ya que no existe una unidad formal que permita establecer conclusiones para definir una categoría en la que encuadrar las obras arquitectónicas construidas durante el periodo de la colonización española. Habrá que revisar detenidamente lo que hoy se entiende por “estilo colonial”, sus raíces, el origen de un recurso formal, propagandístico y los caminos entrelazados para arribar a la forma actual de ciertas construcciones, que por tener cierta antigüedad, techos cubiertos con tejas y arcadas, son mal llamadas de estilo colonial.
EL PERIODO DE
En otros casos, es clara la influencia árabe en la resolución del artesonado mudéjar en el Refectorio y Sala de Profundis del Convento de San Francisco del siglo XVII.
Estas obras no demuestran una unidad formal, por el contrario son de una variedad y calidad sorprendente aún para los pocos recursos disponibles en Córdoba.
Donde sí se encuentra unidad es en el sistema constructivo empleado, que no varía demasiado desde las primeras a las últimas obras: recios muros de cal y canto combinados con tapial o adobes en algunos casos, ladrillos y bovedillas en otros. La unidad está dada por el sistema de medidas usado, que determinaba el ancho de las paredes, así como las alturas hasta el can o viga de apoyo de la estructura del techo. Otro factor importante fue la utilización de los recursos materiales del lugar: generalmente para las Carpinterías se usaban maderas de la zona para las partes resistentes como el quebracho y el algarrobo de nuestras serranías los que se usaron también para las estructuras de los techos y algunos tablados; mientras tanto, las maderas blandas, maleables como el cedro, el nogal, eran traídas de lejanos lugares como Misiones o Salta. La provisión de piedras se hacía por simple recolección en el río - tipo bola -, y de piedra de cal mármol extraídas de nuestras serranías de las canteras explotadas por los jesuitas; las cubiertas de los techos se hacían colocando el “cañizo”: un tramado de cañas colocadas una a la par de la otra, atadas con tientos, que se tendían sobre los pares de las tijeras del techo para disponer de una superficie pareja que se mejoraba con una capa de mortero a la cal y se completaba con relleno de huesos triturados y tierra para dar la pendiente final y lograr buena aislación térmica, antes de cubrir con tejas “musieras” de producción artesanal. De esta forma se lograba una superficie pareja, inclinada, que absorbía el grueso espesor de los muros. Las tejas “musleras” colocadas desde una cornisa de tres ordenes hecha con ladrillos, se disponían hasta la cumbrera. Esta fisonomía de las cubiertas de techos se puede observar todavía en las construcciones supervivientes de aquel periodo como los claustros del Convento de Santa Teresa - por ejemplo - o en
Después, en el corto periodo de existencia del Virreinato se puede verificar la tendencia en su momento, expresada por el Marqués de Sobremonte, quien encargó al Ingeniero Juan Manuel López en 1786 el proyecto para la terminación de las obras del Cabildo de
Mientras tanto la arquitectura doméstica no sufrió modificaciones. No influyeron los sucesos de Mayo y posterior declaración de
Los primeros cambios se produjeron después de la llegada de una escasa ola inmigratoria en Buenos Aires promovida por Rivadavia. Acción que luego fue interrumpida por Rosas, en cuyo periodo de gobierno aparecieron - sin embargo -, los nuevos conceptos de la manera “a la italiana” de construir, sistema que llegó a Córdoba con algún retraso. Uno de esos testimonios lo encontramos – posiblemente el único en pie en nuestra ciudad -, en una casa existente en la esquina de calles San Jerónimo y Balcarce. Casa conocida como del “ángel”- tiene en el portal de ingreso una cabeza de ángel -, respeta aquella forma que fue muy utilizada en Buenos Aires - en la residencia de Rosas en Palermo, y otros lugares de la ciudad, de los cuales, algunos ejemplos perduran en San Telmo -. En su construcción se comenzó a desestimar el uso de gruesos muros de cal y canto, utilizando muros de mampostería, grandes ventanales a la calle, con tratamientos en los muros al ejecutar la fábrica de ladrillos para obtener terminaciones con revoques. Se obtuvieron así los detalles o guardapolvos que rodean los aventanamientos y remates con capiteles en los dinteles, embellecidos con diversos motivos geométricos. También se representó en la fachada la estructura de la casa como si ésta dependiera de los pilares, lo cual no es cierto, ya que todo el muro es el que transmite la carga. Pero esto demuestra la tendencia formal de representación neoclásica de las fachadas, a las que se agrega una fuerte cornisa a la altura de los techos y remates de muros que continúan los pilares y entre ellos rejas de dibujos simples, mientras que se colocaban otras con diseños más complejos en las ventanas así como en las puertas cancel. Se seguía utilizando el criterio de disponer las salas a la calle para alquilar como tiendas. En esos lugares se produjeron los primeros cambios en la forma de comercializar y socializar: Fue el paso de la tienda, el despacho, al almacén; de la pulpería a la confitería. Este modelo de casa se utilizó en Córdoba hasta muy avanzado el siglo XIX, y fue parte de la disputa – en este caso sobre la expresión formal -, entre conservadores y liberales. Es el caso sucedido en San José de
Mientras tanto en
Es a partir de la primera guerra y hasta el fin de la década del veinte que se produjo la más grande ola inmigratoria en
La mirada estaba puesta en Francia y París era el modelo a imitar. Es el caso de Miguel Crisol que urbanizó el Pueblo Nuevo bajo criterios de L’école de Beaux arts y de Haussman, tomó las plazas como nudos de un eje con forma de bulevar. Después se contrató al arquitecto francés radicado en Buenos Aires Charles Thays para proyectar el Parque. El conjunto se fue embelleciendo con las residencias a la francesa en los sectores aledaños a
El cine, la mirada puesta en Estados Unidos
El desarrollo en el ámbito mundial de las comunicaciones facilitó la disponibilidad de información a nivel general y especializado, esto posibilitó, mediante revistas y folletines provenientes de Francia, Inglaterra, EE.UU., estar al tanto de los últimos acontecimientos y particularmente de los sucesos relacionados al cine, industria que se había expandido notablemente y gozaba de la preferencia popular.
California comenzó a conocerse no solo por ser el lugar donde se hacían las películas sino también porque allí vivían las estrellas de cine, de quienes se pretendía conocer todo, sus residencias, así como los edificios de las empresas cinematográficas donde trabajaban -
De esta combinación, y con la disputa siempre presente entre conservadores y liberales que se había agudizado en la medida en que avanzaba el liberalismo que comenzó a utilizar a la obra pública como bandera política, se estableció una disputa entre los profesionales que hacían una crítica a la dependencia europea y una búsqueda de raíces nacionales, apoyada en la postura de otros arquitectos latinoamericanos que se enrolaron en el “neocolonial” como propuesta formal arquitectónica regional, aparecieron en Buenos Aires las primeras obras de este tipo, de la mano - entre otros - de un profesional que tuvo que ver en la disputa teórica: El arquitecto Martín Noel que -contradictoriamente había comenzado junto a otros a registrar el patrimonio nacional e iniciar los debates sobre él -proyectó diversas obras en la ciudad que hasta hoy día es posible visitar, como su casa, la de Enrique Rodríguez Larreta y otras en la provincia como “las casas” de la estancia “Acelain” (1922), donde expuso una combinación de neocolonial arequipeño (Arequipa, Perú) con patio granadino. Se agudizó en el imaginario popular en nuestro medio esa forma de resolución de las fachadas a lo “neocolonial” pero visto por ojo de escenógrafo Californiano, la que fue desarrollada por los mejores profesionales de
En cuanto a la arquitectura doméstica se continuó con el debate acerca de las instancias para la formación de una arquitectura nacional, sin embargo, el Estado siguió produciendo ejemplos del neocolonial, trató de imponerlo, como el singular caso de la escuela Garzón Agulla de barrio General Paz, en la ciudad de Córdoba. Su singularidad surge de la actitud asumida ya que fue llamado a concurso su proyecto, siendo elegido por el jurado una propuesta claramente adherente al movimiento moderno cuyo autor fue el arquitecto Nicolás Juárez Cáceres, sin embargo no estaba en el gusto de lo que correspondía o pretendía el Estado expresar, por lo tanto se realizó una propuesta “neocolonial” a cargo del ingeniero Julio Barraco -1943 -. Lo cual es significativo acerca de lo escenográfico de la resolución, pues la planta del edificio no se modificó. Algo parecido había sucedido con anterioridad, en el Concurso para el Palacio de Tribunales donde los proyectistas debían presentar propuestas en neocolonial y otras variantes, sin embargo allí se eligió y ejecutó la oferta neoclásica de los arquitectos José Hortal y Salvador Godoy -1927,1936 -.Sin lugar a dudas que en todo este periodo ocurrió algo que venía ya sucediendo en otros países latinoamericanos donde se hacían propuestas similares, debido a la situación general del mundo en donde se había establecido una corriente de fortalecimiento Estatal que, luego de la primera guerra mundial y la crisis del liberalismo, será aprovechada por los sectores conservadores, que adhirieron al nacional socialismo y sus propuestas formales en arquitectura.[1]
Hay que destacar aquí, que para la ciudad de Córdoba fue muy importante la presencia del Brigadier Juan Ignacio San Martín 1949-1951, quien supo otorgarle gran dinámica al desarrollo industrial lo cual generó importantísimo crecimiento de la ciudad. El sector industrial metal mecánico fue promovido favoreciendo la radicación fabril de industrias estatales que generaron particular polo de desarrollo que produjo una gran ola inmigratoria interna. Se construyó el barrio aeronáutico que fue proyectado con una síntesis formal más cercana con nuestro patrimonio, desechando el “neocolonial californiano”. Este será el paso de síntesis hacia el posterior “estilo colonial” de las propuestas residenciales. En el otro extremo de
Extracto del libro inédito La construcción de
[1] Esta posición ultra conservadora, fue recogida del intento de acercamiento que había propuesto el Canciller Español de la época, don Segismundo Moret, quien impuso su tesis acerca de la idea de “la madre patria”, y de la entrañable relación de España con América Ibérica, por ser “de una misma raza, religión, lengua y tradición”. Aunque en el campo político no le fue de mucha utilidad, esta posición sirvió a los sectores de descendientes españoles que pretendieron quedar ligados por su “pureza de sangre” con la monarquía española. De este razonamiento clasista, aristocrático, se fortaleció un segmento ultra conservador que tuvo mucha relación por medio de los gobiernos de Castillo y Ortiz, con el “Generalísimo” Franco en otros años y con el acercamiento de estas personas con la manera de construir “a la española”, así como la de los profesionales locales en justificar a cierta arquitectura de antecedentes españoles con algunos rasgos exteriores indígenas para hablar de una Arquitectura colonial en función de tratar de establecer una identidad en la arquitectura Argentina. Ellos moldearon ese “neocolonial” que solo tenía el pretexto formal, escenográfico de California y de su gran fábrica de ilusiones que ha sido Hollywood.
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